lunes, 14 de marzo de 2016

LA ASTROLOGÍA (11)


LA ASTROLOGÍA (11)


“No debe confundirse la astrología con la astronomía, ciencia que se hace cargo del estudio científico de los cuerpos celestes”. Anónimo.

Después de la caída de Alejandría en el siglo VII, la astrología fue adoptada por los estudiosos islámicos, mientras que los textos helenísticos tradicionales fueron traducidos al árabe y persa, así la forma de pensar resulta fuertemente influenciada por las creencias del islamismo, lo que hace que resulte extremadamente determinista e incluso fatalista; de allí se deriva el énfasis dado a los métodos de predicción, en los que sin duda alguna, esas culturas desarrollaron una gran habilidad.

En paralelo y por cuenta de la persecución del oscurantismo en la zona europea, la astrología queda prácticamente reducida a nada. Son escasos y muy custodiados los restos de la astrología que se pueden encontrar en los manuscritos que reposan desde esos tiempos de los monasterios medievales.

Sin embargo hacia el siglo XII, la astrología revive pues su práctica se da abiertamente en las cortes de sultanes y califas del mundo árabe y llegan a Europa acompañando la invasión musulmana a España, para recuperar  su presencia poco a poco.

Muchos textos árabes fueron llevados a Europa y traducidos al latín para de alguna manera ayudar con el comienzo del movimiento renacentista, en momentos cuando los mayores astrónomos Tycho Brahe, Johannes Kepler y Galileo, practican como astrólogos de las cortes.

Cabe recordar que los astrólogos árabes tienen una fuerte orientación matemática y astronómica y su cuenta del tiempo obedecía al calendario musulmán, el cual se inicia con la llamada héjira o huida de Mahoma de la Meca.

Para ese sistema los años son lunares y no guardan relación alguna con las estaciones. Se sabe que treinta y cuatro de sus años, equivalen aproximadamente a treinta y tres del calendario Gregoriano. El período consta de doce meses que tienen alternativamente 29 y 30 días Los meses son doce: Muharram, Safar, Rabi' al-Awwal, Rabi' al-Thani, Yumada al-Wula, Yumada al-Thania, Rayab, Sha'abán, .Ramadán, Shawwal, Du al-Qa'da y Du al-Hiyya.

Lo notable es que en éste momento prácticamente la astrología separa de la astronomía. Johannes Kepler por ejemplo expresa en sus escritos que no cree en la astrología, pero que aprovecha que existe la costumbre de ganarse la vida y obtener dinero de reyes y nobles. En estos tiempos difíciles, los astrónomos necesitaban una excusa de supervivencia, y utilizaron el medio como una forma de arte o una forma de vivencia.

Durante los siguientes siglos experimenta pronunciadas oleadas de éxito en diferentes momentos, pero fundamentalmente en la línea de predicción enfatizada por los árabes cuyo principal representante es Nostradamus y, tras el descubrimiento de la imprenta, pululan principalmente en las distintas formas vulgares de adivinación para el pueblo llano a partir de la publicación de calendarios, panfletos astrológicos que sirven como vehículos de comercio contrastados con el miedo.

Más de nuevo la Iglesia Católica se manifiesta en contra de la práctica de la astrología por tacharla de supersticiosa o perjudicial. Es así como el Papa Urbano VIII condena la astrología en la bula papal de 1631 y la tilda como herética. Sin embargo hay numerosas referencias literarias a la astrología que funciona desde poetas como Dante Alighieri (1265-1321) y Geoffrey Chaucer (1343-1400), o en las obras de autores como Christopher Marlowe (1564-1593) y aún de William Shakespeare (1564-1616).

Pues bien, otros sistemas no occidentales de astrología, trabajan en alguna medida, con algunas técnicas alternativas al sistema coordinado equinoccial eclíptico solar, se trata de numerosas culturas consideran la importancia de la astrología y creen en sus designios.

En la India, la China y los pueblos mayas han desarrollado varios sistemas para predecir eventos terrestres, basados en observaciones astronómicas.

La astrología hindú, basada en el texto sánscrito Jyotir Veda, palabra que significa ‘Verdad sobre los Astros’ usa asimismo como referencia las estrellas fijas, más en este caso, utilizan un punto cero diferente. De todos modos, la astrología hindú es bastante parecida a la persa y por lo tanto, muy similar a la occidental[1].

En la astrología védica, Jyotish o ciencia de la luz, el horóscopo también es un mapa del cielo en el momento y desde lugar de nacimiento de cualquier niño, y lo que muestra en su explicación es la posición fija de los astros, con relación a dicho momento.

Se remonta a varios miles de años a.C., estudia básicamente la influencia combinada de los planetas en los campos de energía que intervienen en la vida de los seres humanos, pero además supone la existencia de la ley del karma que obedece al famoso principio de causa-efecto.

La interpretación védica, dice ofrecer una visión predictiva de la naturaleza de las tendencias kármicas del individuo y presta especial atención, a la directa comprensión de ciertos acontecimientos que tienden a suceder, ayudando en términos de compatibilidad a las interrelaciones de los eventos, ya que no sólo sirve como herramienta de predicción, sino de análisis de los mismos.

Hace énfasis en el desarrollo espiritual del individuo y resalta, cómo puede implementarse la propia calidad de vida por medio de la auto-mejora, y/o, por medio de un tipo específico de conocimiento, por su cultura denominado: “Pensamiento Superior”.

La astrología védica se basa en el zodíaco sideral, mientras la occidental en el zodíaco tropical.

Según los astrólogos occidentales, el zodíaco tropical marca el equinoccio vernal como el día en que el Sol entra en la constelación de Aries. Sin embargo, vale resaltar que las observaciones astronómicas han encontrado que el movimiento de precesión de la Tierra, hace que esta predicción astrológica hoy ante la ciencia, resulte incorrecta, pues el eje de rotación de la Tierra tampoco está fijo en el espacio.

Esto sucede de una forma similar a la de un trompo girando, la dirección del eje de rotación pasa por una lenta precesión durante un período de 25.776 años, hasta cumplir toda la eclíptica del cuerpo planetario, en su viaje de 360 grados alrededor del sol.

Debido al fenómeno de precesión de la Tierra, las fechas de los equinoccios van cambiando gradualmente durante el mismo período, modificando así casi de modo imperceptible, la orientación del ecuador celeste.

Esto significa que la posición de los equinoccios también cambia lentamente con respecto a las estrellas. De hecho, cada 72 años se retrocede un grado. Es así como se determina que después de cada 2160 años, se sale de una era, para entrar en otra.

En consecuencia hoy, astronómicamente hablando, Las fechas de inicio y final asignadas a los signos zodiacales no corresponden para nada a las que suceden en tiempo real, entonces, el equinoccio de primavera ya no corresponde al signo de Aries, sino ahora, al de Piscis y así sucesivamente. Eso lleva a revisar las fechas y los lapsos con detenimiento.

Es más, la duración del tránsito de cada signo no es uniforme como ha sido esquemáticamente asignada, sino por lo contrario obedece a una realidad temporal que depende del tamaño y la distancia de la constelación en cuestión, por lo tanto la duración de vigencia de cada signo debe considerarse aleatoria como se aprecia en el siguiente gráfico:


FECHAS Y LAPSO DE TRÁNSITO POR CONSTELACIÓN (2012)


Cada persona cree conocer su propio signo zodiacal, aun cuando alrededor del 86% de la población nació bajo una constelación distinta a la que aparentemente le fue asignada.

Sucede que el establecimiento de las fechas que delimitan los signos zodiacales y fueron definidas hace más de 2.000 años distribución que para esa época, si correspondían a la constelación de estrellas que aparecía detrás del Sol, definiendo así el día que cada uno nacía. Sin embargo, un fenómeno astronómico desconocido para ese entonces, muestra que las constelaciones han transitado con el correr del tiempo.

La posición real del signo del zodiaco vigente, corresponde al de las estrellas que están detrás del Sol y aun cuando su luz es demasiado tenue durante el día, pueden verse claramente durante los eclipses. Además, a medida que la Tierra orbita alrededor del Sol, aparece una constelación diferente cada mes.

Pues bien, los antiguos astrónomos nombraron esta franja celeste con la palabra "zodiaco", que significa "círculo de animales". Fueron los babilonios seguidos por los griegos los que tuvieron la idea de asignar un signo zodiacal personal que se considera determina las características de la personalidad según la constelación bajo la cual se nace. La idea fue adoptada y los antiguos astrólogos fijaron las fechas correspondientes.

Sin embargo aún se desconocía el fenómeno de la 'precesión', cuyo efecto de bamboleo hace que el planeta se comporte algo así como un trompo en su giro, en el que la Tierra completa un ciclo cada 25.776 años, por lo tanto, desde cuando los signos zodiacales fueron fijados, las constelaciones se han movido detrás del Sol cerca de un mes completo, de tal manera que no es cierto que los signos zodiacales astrológicos reconocidos hoy correspondan a la constelación que estaba detrás del Sol, el día en el que haya nacido alguien de ésta generación.

Y no sólo eso, resulta que el zodiaco astronómico contiene trece signos, los doce ampliamente conocidos y otro más, llamado Ofiuco.

La presencia de Ofiuco fue deliberadamente dejada por fuera del zodiaco original desde hace dos milenios, aún a pesar que el Sol pasa claramente frente a esta constelación luego de pasar por Escorpio y antes de llegar a Sagitario.

La razón de tal omisión resulta desconocida, la razón tal vez fue la simplificación pues astrólogos de la antigüedad dividieron el recorrido alrededor del sol en 360º de una manera matemáticamente agradable: doce partes iguales, cada una de 30º, en lugar de dividir en trece partes que en realidad no cuadran.

Sin embargo en realidad, las fronteras verdaderas que dividen a las constelaciones, como son descritas por la Unión Astronómica Internacional, están lejos de ser iguales. Por ejemplo, Ofiuco permanece detrás del Sol por 19 días al año. Hoy es día de revisar a qué signo se pertenece, ello no va a cambiar la personalidad.

“Si bien a los signos del zodiaco se les han adjudicado espacios de 30º en la circunferencia imaginaria de la bóveda, allí se les asignan unas características como propias que de alguna manera son como los colores que tiñen las energías planetarias en el curso de su tránsito. Ellos marcan el recorrido del sol dentro de los doce sectores, conllevando cada uno sus propias características de elemento, ritmo y dinámica, así como definen su polaridad entre lo masculino y lo femenino, asimiladas a lo activo y a lo pasivo. Anónimo.


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Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.

Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242

Autor: Daniel García Vanegas

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ETIQUETAS: Astrología, zodiaco, horóscopo, almanaque, calendario, mitología, retrospectiva, cosmovisión, tiempo, sumerios, tradición, humanidad, historia.

Namasté…



[1] David Frawley: [http://web.archive.org/web/http://www.grahamhancock.com/forum/FrawleyD1.php?p=1 «The vedic literature of ancient India and its many secrets». Consultado el 17 de abril de 2015.



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