martes, 5 de julio de 2016

LO NUMÉRICO (5)


LA METAFÍSICA NUMÉRICA

ORGANIZACIÓN O FISIOLOGÍA. (Cont.)

 “La teosofía consiste en una serie de herramientas diseñadas para la estudiar la evolución armónica del hombre, cuya doctrina es por mucho, la base efectiva de la llamada iniciación mística occidental, en cuyo seno se destina un amplio lugar a la Ciencia de la Interpretación de los Números”. Anónimo.

Los antiguos utilizaban dos operaciones que aplicaban sobre las cifras, las cuales resultan indispensables de conocer. Ellas son: ‘La Reducción teosófica’ y ‘La Adición teosófica’.

1 ° La Reducción teosófica consiste en reducir todos los números formados de dos o varias cifras a números de una sola cifra, y esto se logra sumando los guarismos que componen el número sustancial, así, para números compuestos, se tiene por ejemplo: 3.221 = 3 + 2 + 2 + 1 = 8, o para 666 = 6 + 6 + 6 = 18 y como 18 = 1 + 8 = 9, entonces significa que el número 666 en su reducción teosófica, corresponde a 9.

De esto emana una consideración muy importante que indica que todos los números, cualesquiera que ellos sean, son sólo representaciones simples de las nueve primeras cifras o números espirituales.

Sin embargo, como las nueve primeras cifras son sólo representaciones de las cuatro primeras, se llega entonces a que todos los números, son representados por los cuatro primeros.

Estas cuatro primeras cifras constituyen: ‘Sólo unos estados diversos de la Unidad’. Por consiguiente, todos los números, cualesquiera que cada uno de ellos sea, al final son sólo: ‘Diversas manifestaciones de la Unidad’.

2 ° Adición teosófica:

Para conocer el valor teosófico de un número se deben sumar aritméticamente todas las cifras desde la unidad. 

Así, la cifra 4 iguala en adición teosófica a 1 + 2 + 3 + 4 = 10.
La cifra 7 iguala 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28.
28 se reduce inmediatamente a 2 + 8 = 10.

Por tanto, si se quiere llenar de asombro un algebrista, se le presenta una operación teosófica como la siguiente:
4 = 10
7 = 10
Entonces: 4 = 7

Estas dos operaciones teosóficas, logradas por reducción y adición, no son difíciles de aprender, aun cuando en su esencia son indispensables de conocer, para lograr comprender los escritos herméticos y muchos otros que presentan los más grandes maestros, tal como sucede con la marcha evolutiva que sigue la naturaleza en sus ingentes producciones.

Al verificar matemáticamente la frase citada anteriormente, esto es, reducir el ternario por medio del cuaternario a la sencillez de la unidad, se tiene:

Ternario = 3 Cuaternario = 4. Es decir, 3 + 4 = 7

Ahora por reducción teosófica. 7 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28 =10

Por adición teosófica, y reducción del total, se llega por fin: 10 = 1 + 0 = 1

La operación se escribirá pues así: 4 + 3 = 7 = 28 = 10 = 1, esto es, 4 + 3 = 1.
Al repetir nuevamente el ejemplo cifrado dado en primer lugar se obtiene:
1. 2. 3.
4. 5. 6.
7. 8. 9.
(1) (2 (3))

Aparecen algunas observaciones que resultan útiles para el sujeto que esté sirviéndose de cálculos teosóficos. Se observa, primero que la unidad reaparece, es decir, que el ciclo empieza de nuevo después de tres progresiones 10/1 11/2; 10, 11, 12, etc., los cuales reducidos teosóficamente, dan origen de nuevo y siempre al 1, 2, 3, etc.

Dichas tres progresiones representan ‘los tres tipos de mundo’ en donde todo es encerrado. Al observar luego que la primera línea vertical 1, 4, 7, 10, son consideradas como las cifras que representan la misma Unidad más en Octavas diversas. Se representan así en efecto porque:

1 = 1
4 = 1+2 + 3 + 4 = 10 = 1
7 = 1 + 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28 = 10 = 1
10 = 1
13 = 4 = 10 = 1
16 = 7 = 28 = 10 = 1

De modo que así se puede continuar con la progresión hasta el infinito, para poder verificar las leyes famosas de las matemáticas místicas aquí tratadas y sobre las que no se tiene confianza, puesto que el observador desprevenido, no alcanza a comprender su verdadero alcance teosófico.

No obstante aquí se presenta un cuadro que muestra la generación de los números, que perfectamente puede explicar el sistema antiguo:

El 1 y el 2 dan origen al 3, y de estos tres números, salen todos los demás hasta el 9, así:
1=> 4 y 7; 2=> 5 y 8; 3=> 6 y 9.


Por tanto, a partir del 9, cualquiera que sea el número en cuestión, se convierte por medio del sistema de ‘reducción teosófica’, en un número de una sola cifra.

Uno de los puntos de vista de la organización fisiológica de los números contemplada en éste aparte, es la interacción de cada Ser-Numero, sobre otro Ser-Número, ello, como resultado de la acción cerrada en el cálculo a todos los grados y sobre todo, en función de la aplicación de las cuatro grandes operaciones: sea salida de la unidad hacia la multiplicidad en línea o adición, y elevación al cuadrado (por Pitágoras), multiplicación simple, y elevación al cubo o multiplicación cúbica; es por esta vía que el Ser-Número, pasa de un plano a otro.

Igual, el retorno de la multiplicidad a la unidad, se hace por la sustracción, la división y por la extracción de la raíz cuadrada o la cúbica, según sean los planos de partida respectivos.

Luego de ésta primera clasificación de los números a partir de sus componentes cifrados, se logra comprobar la representación de las polaridades, asociadas con el género. Esta clasificación es efectuada dada la existencia de los números pares o femeninos y de los números impares o masculinos, como ya se vio al inicio.

Los números masculinos son: 1-3-5-7-9.
Los números femeninos son: 2-4-6-8-10.

Ahora, se debe observar una propiedad de la cifra 0, que consiste en hacer pares los números impares. Por ejemplo, sí 3 es impar y masculino, al agregarle cero se vuelve 30, materializándolo como par y femenino. Mientras los números pares no son cambiados de polaridad por cuenta de la materialización del 0. Es así como 4, número par femenino, sigue siendo par, cuando se hace 40.

En su orden, masculino y femenino son sinónimos de positivo y negativo Lo positivo es primero, y lo negativo sobreviene sólo como complemento; más cuando el femenino aparece, son dos los números y entonces el ser es completo.

Los números simétricos al ser intercambiados en yuxtaposición, más no en adición presentan las siguientes características: Positivo y positivo, da positivo (42 ó 24); negativo y negativo, da negativo (35 ó 53); mientras que al rotar el positivo y el negativo, da el opuesto de la característica de su número simétrico original (34 ó 43).

“Se puede llevar el caballo al agua, más no se le puede hacer beber” Proverbio árabe.

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Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.

Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242

Autor: Daniel García Vanegas

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1 comentario:

  1. Excelente investigación e interpretación de una de las claves de la ciencia de los numeros, conocimiento que permite acercarnos a la comprensión del lenguaje angelico, gracias.

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