EL SOL ACOMODADO
“Hay tres palabras que resumen todo el origen de ciertas festividades astrológicas paganas que celebran el advenimiento del dios Sol a finales de diciembre, y que no son otra cosa que la celebración del: Solsticio de Invierno”. Anónimo.
Y por éste mecanismo surgieron todas las religiones del
mundo, las cuales al igual que las creencias griegas, tuvieron su origen en los
mitos e idealizaciones que tal vez ahora pueden
servir al observador, para comprender un poco mejor, el inescrutable tránsito
de las civilizaciones a través de los tiempos.
Sus contenidos
se convierten en la sustancia más importante que nutre las diversas culturas y tradiciones,
ya que su mensaje perdura en la memoria colectiva, esbozando y definiendo la
personalidad de los pueblos bajo manifestaciones asociadas con festividades y
rituales, estigmatizados a través del tiempo por los detractores, hasta darles
el carácter de paganas.
Resulta curioso
ver cómo el origen de muchas de las narrativas que sobre deidades se muestran,
coinciden, en especial cuando se refieren a las festividades sobre una serie de
‘hombres-dios’ cuyo nacimiento y vida casualmente se enmarcan en la astrología
y en la astronomía, mostrando repetidamente que por ejemplo, el 25 de diciembre
se resalta como una fecha de natalicio recurrente.
Ello sucede
porque los antiguos reconocieron que desde una perspectiva ubicada alrededor del
ecuador de la tierra, el sol desciende hacia el hemisferio sur hasta el 21 o el
22 de diciembre, o sea, hasta el momento en que se cumple el solsticio de
invierno, entonces aparentemente se detiene el movimiento durante tres días,
para luego comenzar de nuevo a ascender hacia el norte. En consecuencia los
antiguos declaraban que durante tres días ‘el Dios Sol muere, esto es, cuando
se detiene, y nace de nuevo el 25 de diciembre cuando reanuda su movimiento
hacia el norte’.
La mitología
asume además que el sol está colgado o crucificado, lo que significa que
enmarcado en una circunferencia, pasa por los cuadrantes marcados por los
solsticios y los equinoccios para en el equinoccio vernal de la pascua, morir
por tres días y resucitar de nuevo.
Asimismo, en el
curso de su trayectoria anual hace milagros, pues tiene doce discípulos seguidores
que son alegóricamente referidos a las constelaciones y los meses del año que
igual se basan en los movimientos del paso solar a través de la bóveda celeste
y que deriva en un mismo desarrollo astro-teológico que se puede encontrar en
muchos pueblos alrededor de todo el planeta, puesto que el sol y las
constelaciones asociadas por mucho tiempo a los doce signos del zodiaco, se
pueden observar desde cualquier parte de la tierra.
El sol está en
lo más alto de su casa a las 12 horas y allí comienza el trabajo encomendado
por su padre a la "edad de 12 años", además entra en un nuevo signo
del zodiaco cada 30°; por lo tanto, comienza su ministerio en la ‘edad de 30
años’.
Igual pasa con
los registros ancestrales, ya que en algún momento, la medición inicial del
movimiento solar y el calendario, comenzó tomarse a partir de la alineación del
sol con la constelación de Virgo y por lo tanto, desde entonces se asegura que
el astro rey ‘nace de la Virgen’.
El mito además
viene acompañado con otras frases tales como: el sol ‘camina sobre el agua’; es
la ‘luz del mundo’; ‘viene sobre las nubes y todo ojo le verá’, que es el
Salvador de la humanidad’ y que lleva una corona como halo, expresiones usadas
en muchas escrituras consideradas sagradas.
Se debe tener presente que el astro rey aparece
cada mañana, otorgando luz, calor y seguridad, permitiendo que se genere la
vida. Los hombres desde siempre han tenido claro que gracias a él sus siembras
y cosechas podían prosperar, aportando los alimentos básicos al ser humano y a
los animales en general, pues si no se detuviera en su tránsito, iban a estar
en serios problemas de supervivencia.
En otras
palabras aquellas características que personifican el dios sol, son referidas a
una fórmula mitológica que gira alrededor de los simples movimientos
repetitivos marcados por la traslación anual del astro rey.
Tal es el caso
de Heracles nombre procedente del griego antiguo Ἡρακλῆς, Hēraklḗs, derivado del nombre de la diosa Hēra, y kleos: ‘gloria’
es decir la ‘gloria de Hera, hoy más conocido como Hércules, notable héroe de
la mitología griega asociado con el Sol, quien nació un 25 de Diciembre.
Era considerado
hijo de Zeus y Alcmena, una reina mortal e hijo adoptivo del rey Anfitrión y
bisnieto de Perseo por la línea materna. Bautizado como Alceo o Alcides, en
honor a su abuelo Alceo (Ἀλκαῖος, Alkaios); palabra que evoca la idea de
fortaleza (griego άλκή).
Fue sólo en su
edad adulta cuando recibió el nombre con que se lo conoce, impuesto por Apolo,
a través de la Pitia, para indicar su condición de servidor de la diosa Hera.
Tanto en Roma, como en la Europa Occidental, es más conocido como Hércules y
algunos emperadores romanos, entre ellos Cómodo y Maximiano, se identificaron
con su figura.
Se trata del más
célebre de los héroes griegos, el paradigma de la virilidad y el adalid del
orden olímpico contra los monstruos ctónicos. Su extraordinaria fuerza es el
principal de sus atributos, como también lo son el coraje, el orgullo, cierto
candor y un formidable vigor sexual.
Se le considera
el ancestro de los Reyes de Esparta y de los caudillos dorios que se
legitimaban como aqueos, cuya la influencia en la Grecia Arcaica y Clásica fue
una de las razones de la gran difusión de su leyenda y su de su culto, haciendo
de Heracles el héroe dorio por excelencia.
Abundan los
relatos mitológicos sobre él y entre los más famosos están ‘los doce trabajos’.
Son historias del protagonista que forman un ciclo que se varió constantemente,
motivo por el cual resulta difícil hacer una exposición cronológica o siquiera
coherente de ellas.
El historiador
francés Pierre Grimal, en su Diccionario
de mitología griega y romana, propone clasificarlas en tres categorías, a
saber:
ü El ciclo de los
Doce Trabajos.
ü Las hazañas
independientes de los mismos.
ü Las aventuras
secundarias ocurridas durante la realización de los trabajos.
Como marco de
los tres ciclos aparecen los relatos de su nacimiento, de su muerte y la
apoteosis, eventos relativamente invariables narrados en las diversas fuentes.
Las menciones
más antiguas de Heracles aparecen en las obras de Homero y Hesíodo, pero
relatos más o menos completos de sus aventuras son plasmados en las obras de
Psino de Lindos, poeta natural de Rodas, y por demás, desconocido, por Pisandro
de Cámiros otro poeta rodio, 640 a.C. y Paniasis de Halicarnaso en el siglo V
a.C. autor de una obra titulada Heraclea. Todas estas obras, con excepción de
unas pocas citas fragmentarias, se han perdido.
Los poetas
posteriores, sus comentaristas y, por último, los mitógrafos de la época
helenística son, en la actualidad, las únicas fuentes escritas sobrevivientes
que relatan las hazañas de Heracles.
Un auxiliar
importante para el estudio de las mismas es la iconografía, muy abundante, que
recoge los principales episodios de las leyendas. Iconografía que se prolonga
desde la época arcaica hasta la moderna. Como muestra, basta señalar el friso
del templo de Apolo en Delfos y la colección presente en el Museo del Prado
El joven Adonis resultó extremadamente hermoso, hasta el punto de que la diosa Afrodita se enamoró de él locamente. En una ocasión en que Adonis andaba de caza, lo mató un jabalí salvaje.
El mito de Adonis es originario de Fenicia, desde donde se extendió a todos los países del Mediterráneo con diversas modificaciones, si bien siempre retuvo aspectos semíticos, constituyendo una de las figuras de culto más complejas de la época clásica. Jugó múltiples papeles y tanto su significado como su propósito en las creencias religiosas griegas, han sido objeto de frecuente investigación a lo largo de los siglos.
Su equivalente semítico es Tammuz y el etrusco Atunis, aun cuando algunos mitólogos creen que posteriormente su imagen fue exportada a Germania y que su equivalente en esa mitología es Baldur. Su culto era en su mayoría femenino y se desarrolló en los círculos de jóvenes mujeres alrededor de Safo en Lesbos alrededor del año 600 a.C., como lo revela un fragmento de Safo.
He aquí algunos
de los más populares avatares nacidos en esa tan afectada fecha:
Fuente: Internet
Igual, antiguas
tradiciones de los pueblos celtas, germanos y escandinavos diseminados en el
norte y centro de Europa, dan seguimiento de los ciclos naturales de las
estaciones naturales y celebraban en el solsticio de invierno alrededor del 25
de diciembre, resaltando el nacimiento del niño-sol, el hijo de la Gran Madre,
normalmente asociada con la tierra y la luna. Allí, esta fecha se llamaba
‘Yule’, que significa ‘rueda’. Esta tradición se encuentra en otros pueblos de
la antigüedad y en especial se adoptó siguiendo los mitos anteriores a los
greco-romanos que luego fueron asumidos por el cristianismo.
La Idea mítica
del nacimiento del Salvador o Avatar[1],
está presente en las primeras religiones de la historia, incluida la narrativa
del nuevo testamento así nacieron deidades como: Krishna (3200 a.C.); Horus
(3.000 a.C.); Mitra (1400 a.C.); Zoroastro (800 a.C.); Heracles (800 a.C.);
Buda (560 a.C.); Dionisio (500 a.C.); Tammuz (400 a.C.); Hermes, Adonis,
Helios, Apolo (200 a.C.);Huitzilopochtli en Tenochtitlán y muchos más.
En otras
culturas se creía que el dios del sol murió ese día, solo para volver a otro
ciclo tal como figura en la celebración del Capac Raymi, liderada por el
Emperador Inca, según Guamán Poma.
La historia
incorpora una serie de elementos de narraciones que sobre otras deidades han
quedado registrados en extensa área, por ejemplo, muchos de los salvadores del
mundo e ‘hijos de Dios’, comparten o aportan aspectos comunes al mito
cristiano: Adad de Asiria., Alcides de Tebas, Attis de Frigia, Baal de Fenicia,
Bali de Afganistán, Beddru de Japón, Crite de Caldea, Deva-Tat de Siam, Hesus
de los druidas, Serapis de Egipto, Indra del Tíbet, Jao de Nepal, Mikado de los
Sintoos, Odin de Escandinavia, Quetzalcoatl de México, Salivahana de las
Bermudas, Tamuz de Siria, Thor de los galos, Wittoba de la Bilingonese,
Xamolxis de Tracia, Zoar de los bonzos.
En consecuencia,
temas, versiones, protagonistas y ambientes se entrecruzan y combinan, haciendo
que los símbolos, mitos y leyendas, sean en verdad un ‘patrimonio de toda la humanidad’.
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Fuente: Mi
libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel
García Vanegas
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comentarios a mayorideas@gmail.com
ETIQUETAS: Constantino,
sol invictus, nuevo testamento, Khrisna, Horus, Mitra, Hesus, tradición
bizantino, humanidad, historia,
mitología.
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