EL SOL INVICTO
“Al
hombre sensato le conviene indagar más acerca del origen de la más renombrada
festividad de la humanidad”. Dennis Heron.
Existen una gran cantidad de remotas celebraciones paganas
donde habría establecido un culto al Sol en las fechas del 25 de Diciembre y en
razón a que era una festividad que se veneraba en diferentes culturas y
religiones, la élite cristiana tuvo a bien acomodar esta fecha, de modo que las
fiestas paganas no relegasen al ostracismo la naciente creencia cristiana, así
que se sacó de la chistera del mago, la fecha del nacimiento de Jesús obedeciendo
a que dichas fechas estaban ya marcadas, plagiando una vez más, como en
innumerables ocasiones, las festividades paganas más celebradas y sus más divulgadas parábolas y mitos.
Para unos el 25
de diciembre marcaba el aniversario del nacimiento del dios Sol: Mitra.
Así, las
celebraciones romanas del solsticio de invierno enmarcan dos festividades que tenían objetivos idénticos y se llevaban a cabo los mismos días, la Saturnalia
y la Brumalia.
Los Saturnales
empezaban el 17 y se extendían hasta el 25 de diciembre, asociada con el
nacimiento del dios Apolo que los romanos llamaron bruma; Lo hacían a la luz de
velas y antorchas, por ser el período más oscuro del año dando origen al ‘Dies
Natalis Solis Invicti’ o ‘Festival del Nacimiento del Sol Invicto’, período de luz
en alusión al ‘renacimiento’ del Sol, lo que hoy se
conserva como Navidad.
Por cuenta de
esta celebración los romanos posponían todos los negocios y guerras, había
intercambio de regalos, y liberaban temporalmente a sus esclavos. Tales
tradiciones se asemejan a las actuales tradiciones de Navidad ya que se
utilizaron para establecer un acoplamiento entre los dos días de fiesta.
De la
celebración de tal fiesta, se tomó la idea de marcar el 25 de Diciembre como
fecha del nacimiento de Jesucristo.
Los germanos y escandinavos celebraban el 26 de Diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del Sol naciente, la lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol de hoja perenne, que representaba al Yggdrasil o árbol del Universo, costumbre que se transformó en el tradicional árbol de Navidad cuando llegó el Cristianismo al Norte de Europa.
Curiosamente los aztecas festejaban durante el invierno, el advenimiento de Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, en el mes Panquetzaliztli, que equivaldría aproximadamente al período del 7 al 26 de Diciembre del calendario actual. Aprovechando tal coincidencia de fechas, los primeros evangelizadores, los religiosos agustinos, promovieron la celebración de la Navidad y así desapareció el culto al dios prehispánico y mantuvieron dicha celebración, dándole características cristianas.
Los incas celebraban cada año el renacimiento de Inti o el dios Sol, cuya fiesta era llamada Cápac Raymi o Fiesta del sol poderoso que por su extensión también abarcaba y daba nombre al mes, por ende este era el primer mes del calendario inca. Esta fiesta era la contraparte del Inti Raymi de junio, pues el 23 de Diciembre es el solsticio de verano austral y el Inti Raymi sucede en el solsticio de invierno austral. En el solsticio de verano austral el Sol alcanza su mayor poder (es viejo) y muere, pero vuelve a nacer para alcanzar su madurez en junio, luego declina hasta Diciembre, y así se completaría el ciclo de vida del Sol. Esta fiesta tenía una ceremonia de iniciación en la vida adulta de los varones jóvenes del imperio, dicha iniciación era conocida como Warachikuy.
Hoy en
occidente, el 24 de diciembre se celebra la nochebuena y el 25 la navidad,
ambos eventos relacionados con el nacimiento del niño Jesús, festividad creada
e impuesta por la iglesia cristiana siguiendo las conmemoraciones paganas, aun
cuando sus orígenes han sido enmascarados, por cuenta de alimentar la
ignorancia y manipular las creencias, acomodando así lo que se debe adorar en
determinadas fechas.
A través de los siglos, mucho se ha escrito acerca
de la religión, de su significado, de su importancia y de su contribución a la
humanidad. En Occidente en particular, montañas de tomos han sido compuestos
sobre la naturaleza y los antecedentes históricos sobre los protagonistas.
Otros han tratado de profundizar en las muy escasas
pistas existentes sobre la identidad histórica de Jesús, para buscar establecer
una semblanza que revele el lado humano del hombre-dios, dada la importancia
que reviste su figura para la cultura occidental.
Surge entonces una inusitada controversia alrededor
de la existencia de Jesús, a partir de la falta de educación formal y amplia
con respecto a la religión y a su base mitológica, ya que la mayoría de las
personas son desconocedoras del tema, por cuenta de las enseñanzas impartidas
desde niños que hacen énfasis en que no se deben cuestionar aspectos atenientes
a dogmas de fe porque Dios lo ha revelado, y punto.
El cristianismo predica en la mayoría de las
escuelas y las iglesias, que Jesucristo fue un personaje histórico real y la
única controversia con respecto a él, surge del hecho que algunas personas lo
aceptan como el Hijo de Dios y el Mesías, mientras que otros no lo hacen.
Sin embargo, mientras que sucede éste es un furioso
debate, el cual no es el más importante, sorprende saber que en general, la
controversia más perdurable y profunda debería ser si una persona llamada
Jesucristo existió realmente, más allá de los mitos de tipo griego o romano,
montados y perfeccionados durante siglos de alienación a los ‘creyentes’.
Por cierto, la biblia no menciona en ninguna parte
que Jesucristo naciese el 25 de Diciembre, pues las épocas donde se intuye que
posiblemente fue dado a luz son primavera, verano u otoño, bastante lejos de
finales de diciembre. Al respecto dice el Diccionario Bíblico Conciso Holman; “En realidad no existen evidencias sobre la
fecha exacta del nacimiento de Cristo”,
Por tanto, la Biblia no precisa la fecha del
nacimiento de Jesús, aun cuando entre líneas sí contiene pruebas de que no tuvo
lugar en diciembre. Fuentes profanas esclarecen las razones por las que se fijó
su celebración en este día en particular. Jesús nació en la ciudad de Belén de
Judea.
El Evangelio de Lucas relata: “Había en aquella zona pastores que vivían a campo raso y guardaban
las vigilias de la noche sobre sus rebaños” (Lucas 2:4-8). Esto no es raro.
“Los rebaños pasaban gran parte del año
al aire libre”. En Palestina en tiempo de Jesús, los pastores con sus rebaños
no acampaban a la intemperie en una fría noche de diciembre. Eso basta para
probar que la fecha tradicional de Nochebuena, en invierno, tiene pocas
probabilidades de ser exacta, puesto que el Evangelio dice que los pastores
estaban en los campos.
Es de notar que la mayoría de los historiadores y
biblistas rechazan el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús,
pues esta fecha no puede coincidir con la del verdadero nacimiento de Jesús por
razones climáticas. Además consideran que la época del año que se escogió para
la Navidad era un tiempo en el que ya tenían lugar algunas festividades
paganas.
Es más, la Enciclopedia de la Religión Católica
observa: “La razón que llevó a la Iglesia
romana a fijar la festividad en este día, parece ser su tendencia a suplantar
las festividades paganas por otras cristianas. [...] ya que la adoración al
sol está presente en una infinidad de culturas, donde los Dioses o avatares
eran alegorías al sol, es decir, eran la personificación del Sol.
Es bien sabido que desde los orígenes de la
humanidad, los hombres no sólo seguían al sol, también hacían un seguimiento
exhaustivo a todas las estrellas que podían apreciar en el firmamento,
estrellas que luego fueron clasificadas en constelaciones.
Un seguimiento cercano de la relación entre las
creencias de diferentes culturas y los hechos astrológicos relacionados sirven
para ilustrar el tema.
Sobre el nacimiento, la historia dice que tres
reyes siguen una estrella del oriente, la cual les guía para observar el
nacimiento del redentor. Pues bien, la estrella del oriente es Sirio, que es la
estrella más brillante de la bóveda celeste, la cual el 24 de diciembre se
alinea con las tres estrellas del cinturón de Orión llamadas “Los tres Reyes”.
Al revisar las culturas antiguas se ve la importancia que se tienen Sirio y
Orión en las culturas antiguas.
Entonces, los Tres Reyes o las estrellas de la constelación
de Orión quedan alineadas perfectamente con la estrella del este Sirio y todas
ellas apuntan al nacimiento del sol el 25 de diciembre, es por ello que se dice
que los tres reyes siguen a la estrella del este para apreciar el nacimiento
del mesías, el mismo sol.
Al observar las imágenes creadas del supuesto
nacimiento de Jesús, siempre hay una estrella muy brillante, esa estrella es
Sirio, y luego se encuentran los tres reyes presenciando el nacimiento, lo que
hace referencia al cinturón de Orión.
Se trata de tener claro que tanto en la Biblia como
en absolutamente todos los escritos antiguos y sagrados se escribe por medio de
parábolas, metáforas de una forma muy alegórica o simbólica, es por ello que
muy pocas cosas de tales escritos se pueden tomar en forma literal.
Belén, lugar donde supuestamente nació Jesús es una referencia a la
constelación de Virgo, un lugar en el cielo, no en la tierra. Aunque bien es
sabido que culturas antiguas como la egipcia o la maya entre muchas otras,
intentaban representar lo que apreciaban en el cielo, en la tierra, de ahí se
colige que las pirámides como Giza o Teotihuacan se encuentren perfectamente
alineadas con el cinturón de Orión.
Desde el momento que sucede el solsticio de verano
hasta que ocurre el solsticio de invierno, paulatinamente los días se van
haciendo más fríos y cortos. El hecho que el sol fuese apareciendo cada vez por
menor lapso, haciendo los días más fríos y oscuros, produce que las plantas y
cosechas muriesen poco a poco por la falta de calor, lo cual para las antiguas
culturas, simbolizaba una lenta muerte del sol.
Esto sucede hasta que finalmente, el día 22 de
Diciembre el sol alcanza su punto más bajo visto desde la óptica del hemisferio
norte, de modo que en ese momento deja de descender y mantiene esa misma
posición durante tres días y entre tanto, el Sol permanece muy cerca de la
constelación denominada “Cruz del
Sur”, puesto que allí muere su semestral recorrido, para proceder a
resucitar a renglón seguido.
Entonces, a partir del 25 de diciembre, lo que
significa tres días después de su muerte, el Sol vuelve a ascender poco a poco,
anunciando días más largos y cálidos.
Es por esta razón que se dice que cualquier
divinidad que se corresponda con cualquier religión que siga al Sol, muere en
la cruz, o sea, en la Constelación Cruz del Sur, para luego de tres días resucitar,
momento cuando el astro rey vuelve a ascender, otorgando a partir de ahí, más
luz y calor.
Por otra parte, los doce discípulos hacen
referencia a las doce constelaciones, por las cuales el sol, se mueve.
La cruz zodiacal rodeada por un círculo representa al sol, no es la cruz
cristiana, sino una forma que se obtiene recogiendo el centro del tránsito
zodiacal que marca las estaciones, delimitando a su vez los solsticios y
equinoccios. Al observar esa cruz, siempre aparece en las más antiguas representaciones
de Jesucristo, donde se puede apreciar como en la parte posterior de su cabeza
aparece dicha cruz, porque Jesús es simplemente asociado con la representación
del sol.
Tanto es así que en la Biblia se pueden leer
algunas citas que hacen referencia a Jesús, que son claras alegorías al sol:
-El sol de Dios, la luz del mundo.
-El salvador levantado, el que vendrá nuevamente
como lo hace cada mañana.
-El que nace nuevamente cada mañana y puede verse
viniendo entre las nubes, alto en el cielo, con su corona de espinas o rayos
solares.
Pues bien, de la misma forma que se ha puesto a
Jesús de modelo, se pueden poner de ejemplo muchas otras deidades, las cuales
son el sol personificado. Basta con hacer un recorrido por las antiguas
culturas y ver su adoración al sol y revisar sus fiestas que son su culto, tal
como: el Natalis Solis Invicti, Brumalia, Saturnalia entre las festividades
paganas más reconocidas.
Los antepasados con razón le dan gran importancia
al sol, las estrellas y las constelaciones en general. Su gran obsesión
espiritual por el firmamento y por representarlo en la tierra, crearon todo
tipo de cultos en sus escritos sagrados o en enormes monumentos construidos,
producto de la intuición interior que dice que se tiene una conexión intensa
con esas estrellas presentes desde los albores de la humanidad.
Es notable
además que la fecha en que se festeja la natividad de Cristo, el 25 de
diciembre, en el solsticio de invierno, coincide con la del día en la que se
conmemoraba el nacimiento de Mitra y de tantas otras deidades.
Y el nacimiento
de Mitra dios solar, popular en Roma el siglo I al IV d.C., marca el 25 de
diciembre, con una antigua veneración que encuentra sus orígenes en
Mesopotamia, y fácilmente puede remontarse al segundo milenio a.C., cuya
adoración se difundió más tarde en la India y posteriormente llego hasta el
Imperio romano.
El nombre de
Mitra es mencionado por primera vez en un tratado entre los hititas y los
mitani, escrito hacia el 1400 a. C., mientras hacia el año 62 a. C., los
soldados romanos adoptaron la imagen de este dios a su manera, le agregaron
características no persas, y crearon una religión llamada mitraísmo que se
expandió rápidamente por todo el Imperio romano, y que en su momento compitió
con el incipiente cristianismo hasta el siglo IV.
La existencia de
un paraíso para los buenos y un infierno para los malos es muy anterior a la
confección de la Biblia, concepto planteado en los textos del Mitraismo persa
cientos de años antes.
Un nuevo ejemplo
de asociación y asimilación de creencias llega con Zoroastro de quien
coincidentemente se dice haber nacido un 25 de diciembre.
Zoroastro es el
nombre del profeta fundador del mazdeísmo o zoroastrismo conocido en Grecia
como: Ζωροάστρης Zōroastrēs o Zarathustra y en avéstico como Zarathuštra que al
ser castellanizado se convierte en Zaratustra. Se sabe casi nada de él de
manera directa, y las pocas referencias que se conocen de él están rodeadas de
misterio y leyenda.
Así pues,
mediante cálculos indirectos sobre vagas referencias a otros personajes
coetáneos o posteriores, se estima que nació entre el principio del primer
milenio y el siglo VI a.C.
De cualquier
manera, cuenta la leyenda que Zoroastro llegó hasta el rey Guhtasp, quien
gobernaba una tribu situada posiblemente en Balkh al noroeste de Kabul, en
Afganistán.
Allí Zoroastro
convenció al rey junto con su tribu de adoptar sus creencias. De esta manera
llegó a convertirse en religión oficial una de las primeras religiones
monoteístas, aunque dentro de un marco dualista de la historia, tendencia
denominada mazdeísmo o zoroastrismo.
El nombre de
mazdeísmo en idioma avéstico procede del nombre de la deidad Ahura Mazda, quien
está enfrentado a un ente maligno que recibe el nombre de Angra Mainyu o
Ahrimán y es el hermano gemelo de Ahura Mazda. Esto de pie al conflicto entre
el Bien y el Mal que marca la vida de los hombres.
Mazda significa
‘sabiduría’, es un nombre femenino como en griego lo es ‘Sofía’. Ahura
significa, literalmente, el ‘ser alto’ masculino. Ahura Mazda es omnisciente,
abstracto y trascendente, sin imagen concreta, por lo cual no es representable.
Como base
estructurada escrita del mazdeísmo, Zoroastro dejó una obra, conocida como el
‘Avesta’, por ser redactada en avéstico. Fue transmitida durante mucho tiempo
de manera oral. , como el más alto objeto de culto a la primera divinidad,
frecuentemente mencionada en la liturgia Yasna. En la cosmogonía y tradición
zoroástrica, todas las divinidades menores son también creaciones de Mazda.
Ya en tiempos
del Imperio sasánida se recopilaron los textos que pasaron a conformar el
Avesta. Los pasajes más importantes son los cánticos sagrados, llamados gathas.
Es posible que la obra date de tiempos de los sasánidas, entre el siglo III y
VI d.C., aun cuando recogen una tradición oral, sin duda mucho más antigua.
Hay una
interesante correlación entre los textos sagrados o Gathas de Zaratustra, El Yasna
y en especial el capítulo de la creación plasmado en el libro de Isaías en el
Antiguo Testamento. Esto se puede atribuir en gran parte a la influencia que
los mesopotámicos imprimieron a los israelitas durante el tiempo que los
israelitas vivían en Babilonia. Curiosamente, ‘el libro de Yasna’ hace
preguntas que son respondidas directamente en el libro de Isaías. Hay una gran
cantidad de ejemplos de influencias de zoroastrismo, pero éste en particular
resulta ser uno muy controversial.
En otra parte,
las escrituras zoroástricas expuestas antes de la creación de la biblia, ya
hablaban de cómo Ormuz creó el mundo y los dos primeros seres humanos en seis
días y descansó en el séptimo. Casualmente los nombres de estos dos seres
humanos eran Adama y Evah.
Curiosamente la
idea de los ‘Ángeles’ y los ‘Demonios’ no es originalmente bíblica, se debe
decir que aparecen un sinnúmero de maneras en las que el judaísmo y el
cristianismo fueron influenciados por el zoroastrismo. Uno de los principales
ejemplos es la existencia, estructura y jerarquía de los ángeles y los
demonios. Según los estudiosos, los zoroastrianos fueron los primeros en creer
en los ángeles, en la idea de Satanás, y en la batalla en curso entre las
fuerzas del bien y del mal.
Igual, el arte
de la época de Zoroastro retrata al profeta Zaratustra como estar rodeado por
el mismo halo de luz que muestran las figuras cristianas a menudo.
Durante su vida,
Zoroastro se mostró fuertemente en contra de las religiones politeístas
presentes en la zona del valle del Indo, la meseta oriental del Gran Irán y las
márgenes y oasis del río Oxus.
Si bien en vida
logró algunos éxitos, no fue hasta después de su muerte cuando el mazdeísmo
alcanzó una gran expansión en buena parte de Asia Occidental y Central,
convirtiéndose en religión oficial de los aqueménides, los partos y de los
sasánidas hasta bien entrada la Alta Edad Media.
Las bases
sentadas por el mazdeísmo y la polarización total del Bien y del Mal ejercieron
una influencia importante en el judaísmo y a través de él en las religiones
monoteístas surgidas en el Oriente Próximo a finales de la Edad Antigua,
reflejadas en tanto en el cristianismo como en el islamismo.
Al final la
presencia del cristianismo y la expansión del islam, erradicaron por completo
el mazdeísmo, que sólo pervivió de manera meramente testimonial en algunas
comunidades ocultas de Persia, en la isla de Ormuz en el Golfo Pérsico y en la
región de Bombay en la India. La religión aún es practicada por unos 60.000
seguidores de Zarathustra en India y otros países y sus seguidores son llamados
‘parsis’.
“El hombre cabal tiene la facultad de
modificar su vida modificando su actitud mental”.
William James.
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Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel
García Vanegas
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