EL DILUVIO
“La prosperidad de la
actuación futura, depende del sacrificio de la preparación actual”. Anónimo.
Una de las
narraciones arcaicas más coincidentes en todo el mundo, corresponde al diluvio
universal, método al que recurren con frecuencia los dioses de diversos pueblos
para castigar a la Humanidad. ya que leyendas provenientes de Asia, Australia,
América del Norte, el sudeste de Asia y de todo el mundo conocido, llegan contando
un gran evento que cambió la faz de la tierra por medio de advenimiento de una
poderosa inundación.
Por lo general la
destrucción se asocia con un castigo divino que comienza y se lleva a cabo por
medio de las aguas, en razón a que la humanidad estaba haciendo algo mal.
Entonces ella es escarmentada por vía de una tremenda inundación y a pesar de
algunas diferencias narrativas, todas las versiones parecen tener una raíz
común y congruente.
La más
divulgada, por lo menos en el mundo occidental, corresponde a la historia
bíblica, probablemente derivada de una variante de la versión vigente en la
Mesopotamia septentrional sobre la misma historia.
Si bien el
relato bíblico del diluvio es estructuralmente similar a los relatos
mesopotámicos: sea la versión sumeria de las tablillas o la acadia plasmada en
el Atrahasis y en las epopeyas de Gilgamesh, e inclusive influye en la menos
común versión griega por narrada por Beroso. Sin embargo, es sorprendente que
en el Antiguo Egipto no se haya encontrado aún una versión definitiva de un
relato sobre el Diluvio Universal.
Dice Sergio
Fuster[1] en
su acercamiento al tema que la historia sobre un cataclismo causado por las aguas,
al estilo del mito griego de Deucalión o el del Noé bíblico, brilla por su
ausencia en el país del Nilo. Este detalle, no considerado menor, ya había sido
notado por Platón en su obra ‘Timeo’, donde afirmaba que el Diluvio Universal
"no había alcanzado a la tierra de Egipto". Recién en los períodos
tardíos este mitologema fue incorporado a las listas dinásticas de varios
cronistas antiguos como Manetón, seguramente inspirado en los archivos reales
mesopotámicos (limus).
No obstante,
algunos autores como É. Naville (1870) han visto, en las antiguas inscripciones
de los monumentos faraónicos, restos de una narración parecida a las del
Diluvio semita. Evidentemente, aluden a aquellos relatos aislados que hablan de
una "destrucción de la Humanidad". Sin embargo, por el momento, se
carece de suficientes elementos propios del ideario egipcio, como para creer en
la presencia de un mito acerca del Diluvio.
Muchos los
relatos indican que construyeron un arca para escapar del gran diluvio, gracias
a la inspiración previa, brindada por una revelación divina. La desintegración
del mundo por aguas y la aparición de una época renovada resulta un tema
preferido por parte de las mitologías antiguas. Tanto en los textos acadios de
la Mesopotamia como en el Antiguo Testamento de Palestina se registran mitos
diluviales donde las similitudes entre ellos son sorprendentes.
En el relato
bíblico de Noé y el diluvio, propagado por judíos, cristianos y musulmanes, se
habla que el hombre se ha corrompido y es un pecador. Yavhé le dice a Noé que
construya un arca y la llene con parejas de cada especie y de todos los seres
vivos en la tierra, incluida su familia. Dios promueve lluvia sin parar durante
cuarenta días y cuarenta noches, inundando la tierra, con el propósito de
destruir toda carne y a partir de allí nace un nuevo comienzo.
En el diluvio
del Génesis: Existen dos relatos del mismo mito en La Biblia. Uno es conocido
como la tradición Yavista, cuya redacción literaria se puede fechar durante el
primer milenio a.C. El otro documento se conoce como la tradición Sacerdotal que
probablemente date del exilio de Israel en Babilonia, donde seguramente tomó
algunos aspectos temáticos y culturales para adaptarlos al monoteísmo.
Pero más allá de
estos tecnicismos, ambos relatos están superpuestos como si fueran un solo texto;
en el Génesis: 6-8 cuentan lo mismo, es decir, cómo Noé sobrevivió al diluvio
por medio de la construcción de un Arca flotante. En éste caso, la destrucción
fue provocada por el mismo Yahvé para castigar a un mundo impío que según algunos
cálculos basados en los registros bíblicos, acaeció hacia el año 2304 a.C.
Los escritores
bíblicos utilizan las antiguas tradiciones como un vehículo para fortalecer sus
propias creencias distintivas, presentando el diluvio como castigo de Dios por
el pecado.
Grecia también
cuenta una versión en la cual Zeus envía una gran inundación para castigar a la
humanidad por los malos hábitos promovidos por el titán Prometeo. Deucalión,
hijo de Prometeo, construye un arca y sobrevive junto con su esposa Pirra para
luego repoblar la tierra.
En éste relato de
Beroso, posiblemente compuesto en el siglo III a. C., el cual llega mediante una
copia medieval del siglo IX, cuenta sobre el héroe Ziuzudra, mencionado en las
fuentes sumerias; Kramer[2], de
cómo sobrevivió al diluvio con la advertencia del dios Cronos.
Más las leyendas
continúan, en Australia varios pueblos aborígenes, especialmente los
establecidos en la región costera del norte más tropical de Australia, hablan
de una gran inundación que barrió el paisaje y eliminó la sociedad anterior.
El pueblo Hopi
americano, dice que el primer mundo fue destruido como castigo por faltas
humanas, por efecto de un fuego que todo lo consume el cual vino de arriba y de
abajo. El segundo mundo terminó cuando el globo terrestre cayó de su eje y todo
estaba cubierto de hielo. El tercer mundo terminó por cuenta de un diluvio
universal. El mundo actual es el cuarto y su destino depende de si sus
habitantes se comportan de acuerdo con los planes del Creador.
Los aztecas
afirman que el conflicto originado entre las diferentes deidades asociadas con
cada una de las cuatro partes del universo continuaba lo que derivó en una
serie de cataclismos. La primera era terminó con el mundo al ser consumida por
los jaguares, la segunda fue destruida por un inmenso huracán, la tercera terminó
por causa del fuego y la cuarta por efecto de una tremenda inundación; y
culmina diciendo ahora se está en la quinta era del mundo, la cual está
destinada a ser devastado por efecto de descomunales terremotos.
En México igual
existe una leyenda nativa que dice todo el mundo fue destruido por una gran
inundación. Todo se renovó gracias a un hombre, su esposa y su familia, quienes
navegaron en un barco lleno de animales y semillas de todo tipo y que luego
usaron para llenar la tierra.
Los chewongs,
como otros habitantes establecidos en el sudeste de Asia, se circunscriben a la
idea de un universo de múltiples capas, creen que cada cierto tiempo su propio
mundo, al cual ellos llaman Tierra Siete, se vuelca, de modo que todo en ella
se ahoga o se destruye, fenómeno asimilable a la precesión de los equinoccios.
Sin embargo, consideran que a través de la agencia del dios creador Tohan, la superficie
plana de lo que había sido antes la parte inferior de la Tierra Siete, moldea nuevas
montañas, valles y llanuras. Se plantan nuevos árboles, y los nuevos seres
humanos son traídos a la existencia.
El vuelco del
mundo entre el chewongs, tampoco es una historia única relacionada con este
tipo de desastre cósmico. La catástrofe también puede ocurrir a través de
inundaciones causada cuando alguien comete el pecado capital de burlarse o
dañar los animales.
En el sur de China
y contado por el pueblo Yao, la tradición se centra en la historia de un hombre
que atrapa al Dios del Trueno, el cual le castiga por medio de una inundación
global. El dios escapa de su cautiverio, apelando a los hijos de tal hombre, un
niño y una niña, a los que premia dándoles un diente que crece en una enorme
calabaza. Ahora que el dios es libre otra vez, los efectos de las inundaciones,
cubren toda la tierra. El hombre flota en el cielo en un barco (nave) especialmente
construido y persuade al señor del cielo que dé la orden al Dios del Trueno
para detener la inundación. Esto ocurre tan de repente que el hombre es
asesinado cuando su barco choca contra el suelo, mientras que a sus dos niños les
permite sobrevivir
Dentro de su
calabaza, este par de niños son los únicos supervivientes del diluvio global.
Se casan y la chica da a luz a una "bola de carne". Cortan a esa bola
en pedazos y montan una escalera que conduce al cielo. Una ráfaga de viento se
lleva partes de la carne a los cuatro ángulos de la tierra, donde se convierten
en las personas y el mundo se vuelve a poblar.
En la cultura India
existe la historia de "Manu", el primer hombre, quien gana la
gratitud de un pequeño pez que se salva de ser comido por los más grandes. Más
tarde, el pescado, que ha crecido a un tamaño enorme, advierte Manu de un
diluvio cósmico que viene y le da instrucciones sobre cómo construir un barco y
abastecerse con "la semilla de todas las cosas". El pez gigantesco
entonces remolca buque cargado a la seguridad de un buen sitio.
La versión más
antigua corresponde a la inundación sumeria y sobrevive en tres versiones
principales, cuyas características básicas pretenden mostrar cierta derivación
hacia un prototipo común. De la historia del diluvio sumerio sólo sobreviven
algunos restos en estado fragmentario, pero resulta claramente la base del
origen de todas las versiones posteriores asumidas en Mesopotamia.
Así, el Diluvio
de Atrajasis sólo es una corta narración de dieciséis líneas ha sido hallada en
Nínive por G. Smith. Su traducción, a pesar del mal estado de la tablilla, revela
una conversación entre el dios Ea y el héroe Atrajasis. Allí, el dios le ordena
construir una embarcación, en la que debe guardar a su familia y animales.
Dicha historia
es complementada por otra versión encontrada en Sippar.
En ella el dios
Enlil, del aire o la montaña cósmica, provoca un diluvio, molesto por los
ruidos que producen los hombres. Según el texto de Hilprech, quien piensa que
el mito se remonta al segundo milenio antes de Cristo y mantiene un rasgo
narrativo similar al monoteísmo, muestra cómo se conservó la vida de los
tripulantes del bajel luego de la inundación.
En su posición
general, la humanidad ofende gravemente a los dioses, y es castigada por
instigación de la deidad Enlil por medio de una inundación que tiene la clara
intención de acabar con la raza. Sin embargo, por cuenta de la intervención del
dios Enki o Ea, un hombre y su familia se salvan para dar la oportunidad de
iniciar un nuevo comienzo para la humanidad.
La epopeya de
Gilgamesh, en la tablilla XI, que data del primer milenio, narra una historia
sin duda es mucho más antigua y relata como el heroico Gilgamesh, quien desea
conocer el secreto de la vida eterna, visita al anciano Utnapishtin, que fue
sobreviviente a un diluvio provocado por los dioses.
De las versiones
sumerias- babilónicas épicas, la de Gilgamesh da una descripción mucho más
detallada que incluye elementos como el arca y el diluvio. Lo más curioso es
que esta historia fue escrita diez y seis siglos antes de la Biblia y por tanto
se puede concluir que la conocida historia de Noé, fue literalmente tomada de previas
tradiciones sumerias ya establecidas.
En la Epopeya de
Gilgamesh, Utnapishtim, el principal sobreviviente de la inundación en la
epopeya, cuenta en detalle la instrucción detallada para la construcción de un
barco (arca) y presenta una imagen vívida de los efectos de la inundación.
El hombre, advertido
por un dios sobre una inminente inundación, es instruido para construir un gran
barco para sobrevivir. Las dimensiones del barco son 120 codos, los materiales
de construcción son la madera, el tono y las cañas. Después de la inundación,
el barco cae en la cima de una montaña donde el hombre envía una paloma, una
golondrina y un cuervo a reconocer el terreno seco y narra cómo surgió la
respuesta. Con el tiempo se les permite a todas las gentes y los animales ser
libres, previo el debido sacrificio al dios que los salvó. Ahora bien, aunque
estos detalles suenan como si hubieran sido tomadas directamente del libro del
Génesis, nadie siquiera pensó que se iba a encontrar la misma información en la
arcaica historia de Utnapishtim.
Pues bien acá no
termina todo, a Utmapishtim" protagonista central de la leyenda, se le conoce
en la India como "Vaisvaswata "o" Satyavrata, mientras los
griegos hablan de "Ogiges" y de "Deucalion"; a su vez, la
civilización persa, habla de "Xixustros", y en china se encuentra a
"Foki"; en las civilizaciones mexicanas y aztecas, el patriarca es
conocido como "Coxcox o Tezpi", y para los peruanos en su área de
influencia es "Bochica".
Seguramente hay
más versiones que conviene que el observador indague para alimentar la mente y
así satisfacer su propia curiosidad.
"La
fuerza no proviene de la capacidad física, sino de la voluntad indomable”.
Mahatma
Gandhi.
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Fuente: Mi
libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel
García Vanegas
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