NAMASTE…
“He
tomado sobre mis espaldas el monopolio de mejorar sólo a una persona, esa
persona soy yo mismo y sé, cuán difícil es conseguirlo." Mahatma
Gandhi.
El hecho de
hacer parte del reino animal obliga al hombre a permanecer en un ambiente de
sobrevivencia y competitividad, lo que exige generar continuas reacciones, las
mismas que dan una marcada preponderancia a las funciones que deben cumplir
todos y cada uno de los órganos sensoriales de la entidad humana.
Dicha entidad
inmersa en el cuerpo humano, conforma ese maravilloso aparato de vida que es
absolutamente sorprendente en todos sus aspectos de renovación, estructura y
funcionamiento.
Para citar
sólo algunas de sus más destacadas características de integración se mencionan
los siguientes datos: Dispone de 800 mil millones de células trabajando en
armonía y sin cesar en cada instante y durante toda la vida.
Maneja veinte
mil millones de neuronas al unísono, que cuentan con la ayuda de cien mil
millones de receptores visuales que detectan el movimiento, el color y la luz;
contando además con veinticuatro mil millones de filamentos auditivos que
reaccionan ante el más leve sonido dentro de las frecuencias audibles;
quinientos mil detectores táctiles, doscientos mil detectores de temperatura y
cuatro millones de sensores del dolor.
Es realmente
impresionante y en muchos casos ni cuenta se da el observador de su imperiosa
existencia.
Para hacer
funcionar su motricidad utiliza 500 músculos, 200 huesos y 7.000 nervios, todos
en absoluta sincronía.
El corazón
emite 36 millones de latidos al año, que impulsan los 4 litros de sangre, que
contienen 22 millones de células y se renueva permanentemente, a través de un
recorrido de más de 100.000 Km a través de venas y arterias, esto es, mueve
cerca de dos millones de litros al año, que son oxigenados por los 600 millones
de alvéolos de los pulmones, los cuales limpian el aire que ingresa al cuerpo
incansablemente.
Pues bien, los
sentidos son el resultado primigenio de la evolución de los seres
vivientes, ante de la imperiosa necesidad de disponer de una serie de
mecanismos adecuados que permitan la sobrevivencia de cada especie.
Si bien el
organismo humano posee millones de órganos sensitivos, en realidad son las
interpretaciones de los diferentes sentidos las que proporcionan toda aquella
información vital que permite al hombre experimentar el vínculo interno
existente con el entorno, de una manera confiable e independiente.
Además, desde
el punto de vista fisiológico, la mente como elemento latente del cuerpo
humano, necesita recibir de forma oportuna, la información relevante sobre el
correcto funcionamiento de los órganos internos, para así propiciar su
homeóstasis o sea, su propio, profundo y constante estado de equilibrio.
Partiendo del
concepto tradicional que indica que son cinco los sentidos y que cada uno de
ellos, actuando en forma independiente, produce las sensaciones del tipo:
visual, táctil, auditivo, gustativo y olfativo, sin embargo, sólo cuando actúan
mancomunadamente, es que se producen los efectos más notables, por ejemplo: la
vista asociada con el tacto da la esencia de lo material, con el oído de lo
impactante, con el gusto de lo estético, con el olfato de lo característico y
así sucesivamente. Foto: Michael Freeman/MRI Scan por John Belliveau, NMR
Center, Massachusetts General Hospital.
Esta es la
manera, como gracias a los registros de la memoria, es posible que la mente
configure las texturas, formas y cualidades que conforman la apreciación del
mundo circundante con mayor amplitud.
Sin embargo,
si el observador toma en cuenta la descripción definitoria que dice que: ‘Los
sentidos se pueden definir como las percepciones debidas a un tipo de célula
sensorial que responden a una energía física específica, y que se corresponden
con una zona específica del cerebro donde se interpretan las señales‘, entonces como consecuencia de éste simple planteamiento, se
amplía el número de los sentidos que son reconocibles.
Por lo tanto,
a los cinco sentidos aristotélicos que reciben los mensajes del exterior,
resulta conveniente añadirle otros portadores de mensajes internos derivados de
la propiocepción de una serie de sensaciones internas como son por ejemplo: el
termómetro, que percibe la temperatura, dolorómetro que detecta el dolor y su
intensidad, o el sentido del equilibrio y la orientación, que perciben la
posición de cada una de las partes del cuerpo o cenestesia, que es la facultad
que maneja tanto el movimiento, como su ritmo.
Es más, se
agregarían al concepto de sentidos, algunas otras capacidades que si bien y por
supuesto aún no son aceptados propiamente como tales y que por ende, al no ser
reconocidos en específico, no se les asigna la relativa relevancia que ellos se
merecen.
En general son
ellos de carácter intuitivo y se relacionan con el radar-magneto, el primero
asociado con la captación de los reflejos ligados al movimiento y el segundo
ligado con aquellas ondas magnéticas que se emiten y se perciben, ya sea en
forma de fuerzas de atracción o de rechazo.
INTERRELACIÓN
SENTIDOS/CHACRAS
|
||
Sentido
|
Sensación
|
Chacras (12)
|
Tacto
|
Corporal
|
Muladhara-C
|
Olfato
|
Analítica
|
Swadhisthana-F
|
Gusto
|
Recordatoria
|
Manipura-F
|
Vista
|
Sensorial
|
Anahata-F
|
Propiocepción
|
Probable
|
Vishuda-F
|
Cenestesia
|
Motriz
|
Ajna-F
|
Oído
|
Posible
|
Sahashara-C
|
Orientación
|
Realizativa
|
Vishuda-P
|
Atención
|
Evocativa
|
Swadhisthana-P
|
Magneto
|
Memorial
|
Manipura-P
|
Equilibrio
|
Perceptiva
|
Ajna-P
|
Múltiple
|
Emotiva
|
Anahata-P
|
Dennis Hebron.
En
retrospectiva, a fines del siglo XVIII Franz A. Mesmer, formuló la ‘Teoría
del Magnetismo Animal’, que sostiene que todo ser vivo irradia un tipo de
energía similar, o por lo menos parecida al conocido magnetismo físico de los
cuerpos, esta vez asociándolos con el carisma, el cual se transmite de unos
seres a otros y cuya fuerza llega inclusive a tener ciertas aplicaciones
terapéuticas.
Por
su parte, el profesor José Luis Bardasano, de la Universidad de Alcalá de
Henares, quien es uno de los mayores especialistas en temas relacionados con el
bio-electromagnetismo, en su ponencia sobre el tema titulada: “Electromagnetismo,
glándula pineal y salud pública”, corrobora como se indicó, que en el
organismo existen dos sistemas internos de comunicación: el de base química y
el de base eléctrica.
Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos
estudios científicos insisten en que la glándula pineal, es asimismo un tipo de
magneto-receptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y
transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
El primero de los sistemas trasmisores, es el endocrino,
cuyas señales de información o mensajeras son las hormonas que facilitan la
transmisión a través de los canales de información disponibles: vasos
sanguíneos, vasos linfáticos, canal neural, etc., alcanzando los denominados
órganos diana o efectores.
El segundo, es el sistema nervioso, donde las señales
transferidas son electromagnéticas y poseen una red de distribución con centros
de acopio y ”subestaciones”, que se asientan sobre y dentro de las células
neuronales o neuronas, alcanzando en su espectro los músculos, el corazón, las glándulas,
etc.
A través de la evolución, estos dos sistemas han
evolucionado paralelamente y colaboran mutuamente desde su origen, siempre en
perfecta armonía cronobiológica.
La
cronobiología, es la ciencia que estudia los ritmos. Pues bien, sucede que los
ritmos y los ciclos que en estos dos sistemas se producen, están coordinados
directamente por la función de la “glándula pineal” o tercer ojo.
El profesor
Bardasano ratifica que la luz, es el temporizador o sincronizador principal de
los ciclos vitales, mientras que los campos electromagnéticos, constituyen un
mecanismo sincronizador adicional complementario y necesario.
Los estudios
realizados han llevado a concluir que las alteraciones electromagnéticas, al
igual que lo hace la luz, interrumpen el proceso de secreción de melatonina.
Una exposición
continuada a la luz y la consiguiente reducción de actividad en la glándula
pineal, provocan casos habituales de fatiga, estrés, cambios de humor,
trastornos del sueño, rendimiento profesional disminuido, depresión e incluso,
hasta inducen riesgos de padecer cánceres tales como el de mama.
Según
Bardasano, no sólo se ha de tener cuidado con las alteraciones provocadas por
los campos electromagnéticos artificiales (antenas, telefonía, radares, etc.),
sino también con las variaciones de los campos magnéticos naturales, como son
los que pueden ser los provocados por la presencia de fuertes tormentas
solares.
Así, la
glándula pineal sería receptiva no sólo a las ondas emanadas del campo
geomagnético, sino a otras tan importantes como la resonancia Schumman o las
micro pulsaciones de origen cósmico y de cualquier campo ELF o de baja
frecuencia en general. En todo caso, parece indudable que existen muchos estímulos
que no se perciben de modo consciente, y por lo tanto, no es posible evaluar de
una manera racional, para determinar con cierta precisión el modo cómo afectan
el funcionamiento del individuo.
Algunos que
son bien reconocidos, llegan a ser importantes. Ello constituye por ejemplo, el
origen de las denominadas "corazonadas' o de los impulsos que
tradicionalmente se han manifestado en el argot común, como 'intuiciones”.
Desde un punto
de vista espiritual, las doctrinas esotéricas de Oriente se refieren ya desde
hace milenios a la glándula pineal como un Tercer Ojo, capaz de hacer
consciente la realidad espiritual del ser humano, tanto así, que lo señalan
como el punto de unión entre el mundo físico y las dimensiones superiores del
Universo.
Precisamente,
ciertos estados son causados por esta situación de introspección que
proporcionan los estados de duermevela o semi-vigilia, a los que antes se hacía
referencia, ya que sus efectos se hacen altamente apropiados para conectar al
observador, con el mundo inconsciente, sea por medio de los propios recuerdos,
o a través de la memoria colectiva y quién sabe cuántas posibilidades más, que
sólo con el debido entrenamiento, se le permitiría descubrir a cada observador
en su debida oportunidad.
Se sabe que la
segregación abundante de melatonina, se reduce drásticamente a partir de los
siete años de edad, período en el que también tienen lugar otra serie de
cambios en la estructura cerebral. Este hecho ha llevado a muchos
investigadores a interesarse por la posible vinculación entre tales cambios y
las capacidades psíquicas de muchos niños de menor edad, entre ellas la del tan
controvertido fenómeno de los „amigos imaginarios".
Siguiendo con
estos asuntos, el profesor Sergio Felipe de Oliveira, neuro-científico de la
Universidad de Sao Paulo, quien lleva años investigando casos de tipo
extrasensorial, o relacionados con clarividencia, sostiene que las capacidades
mediúmnicas, también estarían vinculadas con la presencia de una mayor o menor
cantidad de cristales de hidroxiapatita en la epífisis.
Sea como
fuere, mediante la disciplina y la práctica continúa de ciertas disciplinas, la
activación de la glándula pineal se convierte en un llano camino para acceder a
experiencias subliminales que hacen darle otro sentido a la vida, dando cuenta
entonces, que no todo se mueve bajo las reglas de lo material y lo lógico, sino
que hay otros mundos tan reales o más, que ese limitado que se alimenta
continuamente.
Y si no se
quiere ir tan lejos, tampoco parece poca recompensa, el lograr acabar con el
alto nivel de estrés diario, evitar problemas cardiovasculares y obtener cierta
serenidad para ver las cosas desde una perspectiva más positiva. Todo lo
anterior, lleva a establecer relaciones más armónicas y sensibles con los
demás, las cuales mejoran sobremanera la calidad de vida. De cada cual depende
el uso que le se quiera dar a la influencia de su glándula pineal y hasta dónde
se quiera llegar en el intento.
En este punto
se debe recordar que las sensaciones, son los mecanismos que tiene el cuerpo
para procesar todos los estímulos que recibe: luz, sonido, sabor, frío o calor,
dolor, energía, peligros, aceptación, olor, incluso caricias, rasquiña,
cosquillas, besos y todos los demás estímulos sensoriales captados durante el
transcurso del diario vivir.
Los sentidos
perciben a partir de unidades que comprenden un terminal periférico o receptor,
una vía sensitiva, compuesta por la estructura neuronal periférica que comunica
y una estructura central que interpreta las sensaciones, esto es, por medio de
las dendritas y neuronas sensitivas ubicadas en las diferentes capas de la
corteza cerebral, en los lóbulos respectivos.
Así, la vista
está relacionada con la capa occipital, el tacto con la parietal, el oído con
la temporal y el olfato y el gusto, con la frontal. Los receptores pueden ser
externos como la superficie de la piel, las mucosas, los ojos y los oídos, los
cuales reciben estímulos del entorno; internos que se localizan dentro del cuerpo
y son estimulados por actividades que se realizan en los órganos, o propios que
se ubican en músculos, tendones, articulaciones y oído interno.
Los receptores
son muy diversos en forma, tamaño y estructura y asimismo se clasifican de
acuerdo con el tipo de estímulo al que responden, pueden ser:
Ø Químicos: excitados por las
sustancias químicas en solución, como el gusto y el olfato.
Ø Mecánicos: excitados por presiones
tipo mecánico, como el tacto y del oído.
Ø Fotónicos: excitados por la luz y las
radiaciones como la vista.
Ø Térmicos: excitados por cambios de
temperatura como el tacto.
Ø Energéticos: excitados por ondas
eléctricas como ciertos niveles de percepción refleja.
Cada sentido
realiza una importante función independiente o conjunta, la cual permite al
individuo relacionarse adecuadamente con el medio circundante.
Aristóteles
sostiene que todos los sentidos están referidos a la substancia, que es
fundamento de toda entidad, entendiéndose como substancia, la porción de
materia y energía de la que están formados los cuerpos, que comparte
determinadas propiedades intensivas, y que no necesitan de algo anterior para
existir.
En efecto, de
la substancia se comprueba que ocupa un lugar en el espacio, que tiene
determinada forma, densidad, color o que padece de tales o cuales
características, entonces se colige que se trata de una entidad, cuyo efecto o
bien sus aspectos inherentes, están referidos directamente a ella.
De todas
maneras, cualquiera que sea el tipo de sensación que prime, visual, táctil,
auditiva, gustativa, olfativa, refleja, magnética o de carácter múltiple, éste
evento conlleva un elemento de comprensión, que para efectos prácticos su
explicación es traducida por medio de la funcionalidad del lenguaje, gestos,
movimientos o reacciones de aceptación y asociación.
RELACIÓN
SENTIDOS – HEMISFERIOS CEREBRALES
Dennis Hebron.
Así su reflejo
aparece en manifestaciones de la conducta o la personalidad, que de algún modo,
interpretan o discriminan los mismos sentimientos captados, que producen iniciativas
o juicios de interpretación afines en términos generales, aun cuando son
netamente individuales en el fondo.
Así, los sentidos
como medios de conectividad del hombre con su mundo exterior e interior,
permiten la confluencia de todas las manifestaciones y procedimientos que dan
lugar a la diferenciación de las ideas y sustancias, junto con sus efectos, en
un todo, de acuerdo con la percepción propia, de cada individuo en particular.
“Si ya
sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes”. Confucio.
Fuente: Mi libro: “UN SENDERO
A LONTANANZA”.
Autor: Daniel
García Vanegas.
Agradeceré
comentarios, críticas y aportes a: mayorideas@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario