martes, 2 de diciembre de 2014

LOS MIEDOS

LOS MIEDOS

“Temo a un solo enemigo que se llama, yo mismo”. Giovanni Papini.

El miedo, es un sentimiento íntimo de ansiedad, proyectado como una anticipación futura que aunque basada en la experiencia pasada, es sentida en el presente. Es iniciado en el temor que está acompañado de angustia recurrente, la cual mina la confianza, el talento y la creatividad, llegando a generar reacciones que algunas veces conducen hasta a la violencia.

En general los temores nunca se hacen realidad, aunque de por sí en su desgaste, consumen la mayor parte del tiempo y la energía mental de las personas que los sufren.

Por su naturaleza fantasmal, y a pesar de la existencia de elaborados mecanismos de defensa, el ego resulta vulnerable e inseguro, pues constantemente se cree amenazado, fenómeno que se presenta aún en personas que parecen muy seguras de sí mismas.

Los miedos no tienen que ver con fuerzas del exterior, sino con el poder interno que el actor les da. Por ello, cuando internamente se repiten sin parar pensamientos negativos, significa que el actor no  busca olvidarlos, ni transfórmalos en acciones.

Sin embargo, está demostrado que las preocupaciones pueden ser transformadas en acciones positivas, pues, en cuanto el observador actúa, deshace el miedo. No se debe olvidar que los sentimientos son reacciones que se eligen tener, por lo tanto, los miedos son voluntarios y por tanto, se pueden controlar en forma racional.

El miedo, palabra procedente del griego phobos, es algo natural, más cuando es llevado a ciertos extremos se convierte en fobias o en trastornos producto de alguna manifestación de ansiedad que se caracteriza por ser un temor fuerte e irracional ante algo que en cierto sentido, representa poco o ningún peligro real. Una fobia, es una marcada desviación anormal de respuesta, que bota ante la amenaza o el peligro.

Corresponde a uno de los trastornos mentales más importantes que habitualmente afectan a un gran número de personas. Tienden a ser desencadenadas por medio de la presencia o antecediendo una situación específica.

La cultura tolteca considera que son cuatro los miedos que acompañan al observador durante la vida.

El miedo a la soledad: Donde que el ego hace creer que la persona se encuentra sola, mostrando que se haya separado de los demás, estimulando el sentido de protagonismo en busca de un reconocimiento, vano en los diferentes niveles de actuación que se puedan imaginar, sea en la familia, en la pareja, en el grupo de amistades, en el trabajo y en la sociedad, olvidando recordar, que en realidad se es parte de la totalidad, desconociendo se está unido por medio de la ‘energía integradora universal de la llama interior’, la cual posee la luz a ser expandida.

Cuando el observador se impulsa la fuerza de la luz interior, se observa con los ojos del corazón y se toma consciencia que no se está solo. La compañía del Ser Interior corresponde al poder de la creación. Entonces, se llegará a comprender que la aparente soledad, es una maravillosa oportunidad de la vida para compartir consigo mismo; y en ese momento, justamente se sintonizarán, aquellas personas que vibran con similar intensidad.

El miedo a la escasez: Aparece al reconocer falencias, falta de recursos u oportunidades al tratar de ser cada vez más abundante, forzando la ambición y la avaricia. El observador debe considerar el origen de las emociones que pretendan justificar el “deseo de merecer lo mejor que da la vida”, para superar el miedo de estar escaso.

El sentimiento de ser víctima, es una señal que el fantasma del miedo está presente, lo cual requiere de un dedicado trabajo de revisión a ser efectuado consigo mismo.

El agradecimiento es la acción que da claridad al estado de abundancia. Cuando se dan las gracias a la vida por lo que se tiene y además por lo que está en camino, se percibe la abundancia. Dar Gracias por cada nuevo día, por respirar. Gracias por el descanso y aun por las situaciones que parecen adversas más que dejan sabias enseñanzas. Al saber agradecer, los deseos se materializan.

El miedo a la enfermedad: La enfermedad, es un desequilibrio del estado del cuerpo y la conciencia. Cuando se empieza a sentir debilidad, está claro que se ha perdido la fortaleza interior. ‘Enfermedad’, es un vocablo compuesto procedente del latín “in-firmus” que significa ‘Sin firmeza. Al erradicar las auto-culpas, se alejan las prisiones del saboteo mental y el observador se libera de éste tipo de ataduras.

Con razón, Platón dijo: “Mente sana en cuerpo sano”. Al pensar en sentido positivo con respecto de sí mismo, la enfermedad no se contagia. Estar en silencio y abrir un espacio a la meditación, es un valioso remedio para la enfermedad. De todos los medicamentos, la armonía también crea adicción. Con la aplicación de esta fórmula, se logra la salud y vitalidad, para mantener el cuerpo y el alma saludables.

El miedo a la muerte. Temor asociado con enseñanzas socio-culturales destinadas a la dominación del individuo. Contempla la tanatofobia o miedo a la muerte y necrofobia o temor a las cosas muertas. Ambos términos suelen usarse indistintamente. Quienes padecen de estas condiciones no pueden explicar con claridad el sentimiento escalofriante que experimentan.

El miedo a la muerte se supera, cuando se comprende que es irreversible y al momento en que la mente logra proyectar la trascendencia de la entrega, bondad, generosidad, compromiso, desprendimiento, altruismo, amor al prójimo, capacidad de dar sin condiciones, sin esperar retribuciones.

Una interesante terapia para observar el fenómeno, es cerrar los ojos durante un momento e imaginar que hace una semana se ha muerto y que se está en el cementerio visitando la propia tumba. Al mirar la lápida y leer el nombre, las fechas de nacimiento y de partida de éste mundo. A continuación, se trata de pensar cuál frase póstuma quedaría allí escrita. A partir de ahora, a trabajar para cumplir el enunciado declarado.

Existen muchos tipos de fobias, destacándose algunas específicas, sociales o trastornos que son resultado de la ansiedad social. Existen situaciones que aunque pueden ser aparentemente normales, a determinadas personas les pueden crear fobias y a otras no: ir al dentista, espacios cerrados, ascensores, insectos o animales, etc. Muchas personas que padecen fobias son capaces incluso de reconocer que éste miedo es excesivo e irracional, pero sin embargo, no lo controlan.

Entre los principales síntomas de las fobias, se pueden encontrar los siguientes: aturdimiento, aumento de la frecuencia cardíaca, escalofrío, estremecimiento o temblor, malestar estomacal, sensación de ansiedad o atragantamiento, sensación de mareo, sudor…

Las fobias más comunes entre otras son: la claustrofobia o temor a lugares cerrados, la acrofobia a las alturas, la agorafobia a lugares abiertos, la aerofobia a los aviones y al vacío, la glosofobia o hablar en público.

Igual hay algunas fobias inusuales, he aquí algunas a manera de ejemplo:
ü  Coulrofobia, miedo a los payasos.
ü  Hagiofobia, miedo a los santos y sus figuras.
ü  Hierofobia, temor a lo sagrado y a objetos religiosos.
ü  Hilofobia, temor a los árboles.
ü  Nomofobia, temor a que el celular no tenga señal.
ü  Ombrofobia, terror a la lluvia.
ü  Omfalofobia, miedo a los ombligos.
ü  Papafobia, miedo al Papa.
ü  Pogonofobia, temor a la barba.
ü  Somnifobia, temor a quedarse dormido.
ü  Trezidavomartiofobia, temor al número 13.
ü  Tripofobia, miedo a los agujeros.
ü  Turofobia, miedo al queso.
ü  Uranofobia es el temor al cielo y a la vida después de la muerte.
ü  Uranofobia, miedo al cielo.
ü  Xanthofobia, miedo al color amarillo.
Por su parte, el pánico desde el punto de vista individual, es la explosión y el desbordamiento sin control del miedo, es producto de una sobrecarga de angustia que paraliza y está probado que frente a ciertos actos, desemboca en crisis depresivas.

Si se prevé, las crisis y toman ciertas medidas para evitarlas o enfrentarse a ellas, se estará invirtiendo sabiamente el tiempo. Las cosas, muy rara vez evolucionan hasta el nivel de una crisis, sin haber dado antes alguna advertencia previa.

Un poco de previsión y de mantenimiento preventivo, asegurarán que se pasará más del tiempo disponible, dedicado al logro de las metas, en vez de pasarlo reaccionando a las crisis.

Puesto que el temor, la fobia y el pánico son una condición humana, se debe aprender a convivir con ellos, puesto que si se les da la oportunidad de entrar y aposentarse, se quedarán para siempre y con frecuencia marcarán sus influencias adversas, a menos que el individuo esté alerta para reconocerlos, controlarlos e inclusive utilizarlos en beneficio de sus actos, esto es, a favor del logro de los propios intereses.

El miedo es el manto en que te envuelves para no ser visto” Anthony de Mello.


 
Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel García Vanegas.
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ETIQUETAS: Temor, miedo, bloqueos, Ego, Entidad, Existencia, planeta, Crecimiento personal deontología, axiología, Esoterismo,

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