LA ASTROLOGÍA (13)
“Un horóscopo
corresponde a un evento calculado normalmente para el momento del nacimiento de
un individuo, o aplicado al inicio de algún emprendimiento o suceso, bajo la
premisa que supone que los alineamientos de los cielos para un instante
determinado, marcan la naturaleza del resultado en cuestión”. Dennis Heron.
En la India,
desde el siglo X a.C., se utilizaba un sistema astrológico basado en la Luna
que contemplaba su movimiento diario. La revolución sideral de la Luna, es
decir, el tiempo que tarda en dar una vuelta completa y regresar a la
conjunción con la misma estrella tomada como punto de partida es de 27 días y 8
horas. De la división de éste ciclo surgieron las llamadas Nakshatras
o Mansiones Lunares, las cuales a su paso se identifican con estrellas o
asterismos.
Los principios
astrológicos de los caldeos como son el zodíaco sideral y la división del mismo
en doce constelaciones, aparentemente fueron adaptados por los hindúes a su propio
sistema de Mansiones Lunares y con base en estos elementos, se desarrolló el cuerpo
de conocimiento de la astrología Védica, la cual se mantuvo aislada de los
principios astrológicos griegos soportados sobre una base solar-estacional,
mientras la cultura védica conservó el origen lunar-estelar, proveniente de
sistemas regionales más antiguos.
La astrología occidental da especial énfasis al movimiento y posición del Sol y los planetas, mientras por ejemplo, la astrología védica da especial importancia a las 27 relaciones de la luna con los grupos fijos de estrellas en sus casas llamadas Nakshatras y con su ascendente Lagna, lo que representa entonces que a la luz de éste análisis, suceden nuevas modificaciones dinámicas a las influencias asignadas a los astros, cada dos horas.
Como ya se ha visto,
el ‘zodíaco sideral’ está definido por la posición de las dos estrellas
fiduciarias Aldebarán y Antares, mientras el ‘zodíaco tropical’ lo hace por los
puntos equinocciales, donde el primer día de primavera, esto es el 21 de marzo,
se marca la entrada del Sol en Aries, tal como lo determinó Hiparco hace más de
veintidós siglos, ello aún sin tomar en cuenta que los puntos equinocciales
también se desplazan con respecto a las estrellas.
Dicho
desplazamiento, llamado ‘precesión de los equinoccios’ es producido por el
movimiento circular del eje de inclinación de la Tierra. El eje describe un
círculo completo cada 25.760 años. En este tiempo el eje va apuntando a
distintas estrellas las cuales se convierten en una especie de estrellas
polares durante el lapso indicado. Sin embargo, como los puntos equinocciales
dependen de la inclinación del eje terrestre, ellos también dan una vuelta
completa al zodíaco durante el mismo tiempo, pero en sentido inverso al
movimiento de los planetas.
El punto vernal
o equinoccial es entonces el eje que marca las eras astrológicas. La duración
de una era es de 2.146 años, lapso que tarda el punto vernal en recorrer cada
constelación, a razón de 1º cada 72 años o 50 minutos anuales.
El
desplazamiento que se da entre el zodiaco tropical y el sideral es lo que en la
astrología hindú se denomina Ayanamsa pues Ayana
significa equinoccio y amsa, longitud.
Se reconoce que
en la época de Ptolomeo que el equinoccio vernal estaba a 1º
de la constelación de Aries, es decir, la diferencia entre los dos zodiacos era
mínima, de hecho, de nuevo coincidieron justo en el año 221 a.C.
Luego vino el
equinoccio vernal de la constelación de Piscis, y con el paso de los siglos ha retrocedido
al punto que para julio de 1996 se ubica a 5° 18' 27 "de piscis. En términos
del calendario, esto significa que el 21 de marzo de ese año, el Sol se ubica a
5° 18' de la constelación de Piscis y requiere avanzar 24º 42’ para ir
"para entrar en la constelación de Aries.
La diferencia
fundamental entre la astrología hindú y la occidental radica en el uso del
zodíaco sideral. Por lo tanto, las longitudes tropicales del movimiento de los
planetas y el ascendente de un individuo, deben, ser convertidas al valor sideral
de Ayanamsa y restarse para definir
la posición al momento del nacimiento. En este método, las posiciones de los
planetas y el ascendente son dadas con respecto a las estrellas fijas.
Una de las
peculiaridades de la astrología india es la importancia de la luna y el sistema
Nakshatras o mansiones lunares. Las mansiones
o casas lunares son también conocidas en la astrología árabe y la china como
"Manziles" y "sieux" respectivamente. Esto igual
recuerda que para estas culturas, la luna también es el astro más importante del
cielo
Las Nakshatras son 27 divisiones del
zodíaco: cada una de 13° 20', de modo que reflejan el paso promedio diario de
la luna ante el observador. La mitología hindú narra que son 27 las hijas de Daksha Prajapati, el gran progenitor
cósmico, las cuales al desposarse con Soma,
la luna; se convierten en las depositarias de las influencias astrológicas, de
modo que las Nakshatras constituyen
un sistema astrológico completo en sí. Cada uno tiene sus propias
características. Esto es, un planeta regente, una forma simbólica y una deidad
védica que preside, el género, la raza y el temperamento, todas cualidades
evolutivas e involutivas de la unidad principal.
De manera que cada
signo o constelación consta de dos y medio Nakshatras,
que mantienen las características que lo componen. En éste sistema, los signos
y las Nakshatras son la esfera de influencia pasiva y sustancia susceptible, donde
la energía fecundante y la nutrición activa
que el planeta ofrece.
La posición de
la luna en las Nakshatras se utiliza
para determinar la compatibilidad entre las personas. El tránsito de la luna se
utiliza en la astrología, para seleccionar el día propicio para iniciar las
grandes empresas o elegir actividades específicas.
La astrología
Hindú cuenta con diversos sistemas de predicción característicos como el Vimsottari Dasa o de períodos
planetarios que llevan cierto orden. Otra particularidad del sistema hindú es
la carta Navamsa, que consiste en la
división de cada signo en nueve partes de 3º 20’ cada una. A cada Navamsa le corresponde un signo,
comenzando desde Aries en el orden zodiacal, repetido 9 veces en los 360º.
En la astrología
védica los signos no tienen las características que se les asigna en la
astrología tropical occidental, aun cuando tienen las mismas cualidades pues
son cardinales, fijos y mutables y
asocian los mismos elementos: fuego, tierra, aire y agua y mantienen las mismas
regencias planetarias tradicionales.
Las casas
hindúes tienen en líneas generales, los mismos significados que en occidente,
con pocas e interesantes variaciones, y en el análisis interpretativo es
ampliamente utilizado el sistema de las casas derivadas las que muestran
cualidades inherentes a sus significados, por lo tanto hay casas propicias y no
propicias. Los
planetas son los siete tradicionales, junto con los nodos: Rahu y Ketu que son
muy importantes.
En cuanto la
interpretación de un horóscopo, al juzgar el efecto de un planeta, se tienen en
cuenta ciertas reglas básicas como son: los domicilios, exaltaciones y caídas;
las afinidades entre planetas y si son benéficos o maléficos, del orden tanto
natural como funcional.
Tal vez el rasgo
más interesante del sistema hindú corresponde a la utilización de las piedras
preciosas respecto a los planetas, junto con la pronunciación de Mantras para hacer
propicio el planeta que genere dificultades en las diversas áreas: Salud,
estudios, profesión, economía, vida matrimonial y social, asuntos legales y
evolución espiritual, etc.
ESTRUCTURA HINDÚ – DIOSES Y GEMAS
En fin, la
astrología védica constituye un sistema muy complejo que no se puede abarcar o
comprender en poco tiempo.
Pues bien, la
astrología denominada horoscópica corresponde a
un sistema que algunos autores dicen se desarrolló en la región
mediterránea, específicamente en el Egipto helenístico alrededor de los siglos
I y II a.C., sin embargo, al igual ha sido practicada en la India desde tiempos
ancestrales como la forma más antigua de astrología Horoscópica en el mundo,[1]
denotando que es la clase de astrología más influyente en África, India, Europa
y el Medio Oriente.
La tradición
muestra que tiene que ver con sistemas de diagramas elaborados en dos
dimensiones del mapa de los cielos, sobre planos llamados horóscopos, creados
para determinar momentos específicos en curso del tiempo. El diagrama sirve
para interpretar el significado inherente en los alineamientos de cuerpos
celestiales en cada momento pasado, presente o futuro y su interpretación se
basa en un conjunto de reglas y guías predefinidas.
Su alcance se ha
dividido en varias ramificaciones, dirigidas a ciertos propósitos o sujetos
específicos. Las principales son: la astrología ‘natal’ cuyo estudio es el
horóscopo del momento de nacimiento de un individuo, la astrología ‘horaria’
que se usa para responder alguna pregunta específica formulada a la carta
astral en cuanto la pregunta se hace. La astrología ‘mundana’ cuya aplicación
se refiere a eventos del mundo como planeta, incluyendo el clima, los
terremotos, el crecimiento de imperios y religiones. Por tanto, en principio
cualquier organización u objeto puede ser
sujeto de un horóscopo desde el momento de su inicio[2].
“A diferencia de
lo que se piensa habitualmente, la astrología no se reduce a la definición
psicológica de los nativos de los signos zodiacales. Muestra por el contrario
una compleja estructura de la cual forman parte las posiciones de todos los
planetas, junto con el Sol, la Luna y los Nodos según la visión aparente que se
tiene de ellos desde la Tierra”. Anónimo.
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Continuará…
Fuente: Mi
libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel
García Vanegas
ETIQUETAS:
Astrología, zodiaco, horóscopo, almanaque, calendario, mitología,
retrospectiva, cosmovisión, tiempo, sumerios, tradición, humanidad, historia.
Namasté…
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