LA METAFÍSICA NUMÉRICA
ORGANIZACIÓN O FISIOLOGÍA. (Cont.)
Los antiguos utilizaban
dos operaciones que aplicaban sobre las cifras, las cuales resultan
indispensables de conocer. Ellas son: ‘La Reducción teosófica’ y ‘La Adición
teosófica’.
1 ° La Reducción teosófica consiste en
reducir todos los números formados de dos o varias cifras a números de una sola
cifra, y esto se logra sumando los guarismos que componen el número sustancial,
así, para números compuestos, se tiene por ejemplo: 3.221 = 3 + 2 + 2 + 1 =
8, o para 666 = 6 + 6 + 6 = 18 y como 18 = 1 + 8 = 9, entonces significa que el
número 666 en su reducción teosófica, corresponde a 9.
De esto emana una
consideración muy importante que indica que todos los números, cualesquiera que
ellos sean, son sólo representaciones simples de las nueve primeras cifras o
números espirituales.
Sin embargo, como las
nueve primeras cifras son sólo representaciones de las cuatro primeras, se
llega entonces a que todos los números, son representados por los cuatro
primeros.
Estas cuatro primeras cifras
constituyen: ‘Sólo unos estados diversos
de la Unidad’. Por consiguiente, todos los números, cualesquiera que cada
uno de ellos sea, al final son sólo: ‘Diversas
manifestaciones de la Unidad’.
2
° Adición teosófica:
Para conocer el valor
teosófico de un número se deben sumar aritméticamente todas las cifras desde la
unidad.
Así, la cifra 4 iguala en adición teosófica a 1 + 2 + 3 + 4 = 10.
La cifra 7 iguala 1 + 2
+ 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28.
28 se reduce
inmediatamente a 2 + 8 = 10.
Por tanto, si se quiere
llenar de asombro un algebrista, se le presenta una operación teosófica como la
siguiente:
4 = 10
7 = 10
Entonces: 4 = 7
Estas dos operaciones
teosóficas, logradas por reducción y adición, no son difíciles de aprender, aun
cuando en su esencia son indispensables de conocer, para lograr comprender los
escritos herméticos y muchos otros que presentan los más grandes maestros, tal como
sucede con la marcha evolutiva que sigue la naturaleza en sus ingentes producciones.
Al verificar
matemáticamente la frase citada anteriormente, esto es, reducir el ternario por
medio del cuaternario a la sencillez de la unidad, se tiene:
Ternario = 3
Cuaternario = 4. Es decir, 3 + 4 = 7
Ahora por reducción
teosófica. 7 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28 =10
Por adición teosófica,
y reducción del total, se llega por fin: 10 = 1 + 0 = 1
La operación se
escribirá pues así: 4 + 3 = 7 = 28 = 10 = 1, esto es, 4 + 3 = 1.
Al repetir nuevamente
el ejemplo cifrado dado en primer lugar se obtiene:
1. 2. 3.
4. 5. 6.
7. 8. 9.
(1) (2 (3))
Aparecen algunas
observaciones que resultan útiles para el sujeto que esté sirviéndose de
cálculos teosóficos. Se observa, primero que la unidad reaparece, es decir, que
el ciclo empieza de nuevo después de tres progresiones 10/1 11/2; 10, 11, 12,
etc., los cuales reducidos teosóficamente, dan origen de nuevo y siempre al 1,
2, 3, etc.
Dichas tres
progresiones representan ‘los tres tipos de mundo’ en donde todo es encerrado.
Al observar luego que la primera línea vertical 1, 4, 7, 10, son consideradas
como las cifras que representan la misma Unidad más en Octavas diversas. Se
representan así en efecto porque:
1 = 1
4 = 1+2 + 3 + 4 = 10 =
1
7 = 1 + 1 + 2 + 3 + 4 +
5 + 6 + 7 = 28 = 10 = 1
10 = 1
13 = 4 = 10 = 1
16 = 7 = 28 = 10 = 1
De modo que así se
puede continuar con la progresión hasta el infinito, para poder verificar las
leyes famosas de las matemáticas místicas aquí tratadas y sobre las que no se tiene
confianza, puesto que el observador desprevenido, no alcanza a comprender su
verdadero alcance teosófico.
No obstante aquí se
presenta un cuadro que muestra la generación de los números, que perfectamente
puede explicar el sistema antiguo:
El 1 y el 2 dan origen
al 3, y de estos tres números, salen todos los demás hasta el 9, así:
1=> 4 y 7; 2=> 5 y 8; 3=> 6 y 9.
Por tanto, a partir del
9, cualquiera que sea el número en cuestión, se convierte por medio del sistema
de ‘reducción teosófica’, en un número de una sola cifra.
Uno de los puntos de
vista de la organización fisiológica de los números contemplada en éste aparte,
es la interacción de cada Ser-Numero, sobre otro Ser-Número, ello, como
resultado de la acción cerrada en el cálculo a todos los grados y sobre todo,
en función de la aplicación de las cuatro grandes operaciones: sea salida de la
unidad hacia la multiplicidad en línea o adición, y elevación al cuadrado (por
Pitágoras), multiplicación simple, y elevación al cubo o multiplicación cúbica;
es por esta vía que el Ser-Número, pasa de un plano a otro.
Igual, el retorno de la
multiplicidad a la unidad, se hace por la sustracción, la división y por la
extracción de la raíz cuadrada o la cúbica, según sean los planos de partida
respectivos.
Luego de ésta primera clasificación
de los números a partir de sus componentes cifrados, se logra comprobar la
representación de las polaridades, asociadas con el género. Esta clasificación
es efectuada dada la existencia de los números pares o femeninos y de los
números impares o masculinos, como ya se vio al inicio.
Los números masculinos
son: 1-3-5-7-9.
Los números femeninos
son: 2-4-6-8-10.
Ahora, se debe observar
una propiedad de la cifra 0, que consiste en hacer pares los números impares.
Por ejemplo, sí 3 es impar y masculino, al agregarle cero se vuelve 30,
materializándolo como par y femenino. Mientras los números pares no son
cambiados de polaridad por cuenta de la materialización del 0. Es así como 4,
número par femenino, sigue siendo par, cuando se hace 40.
En su orden, masculino
y femenino son sinónimos de positivo y negativo Lo positivo es primero, y lo
negativo sobreviene sólo como complemento; más cuando el femenino aparece, son
dos los números y entonces el ser es completo.
Los números simétricos
al ser intercambiados en yuxtaposición, más no en adición presentan las
siguientes características: Positivo y positivo, da positivo (42 ó
24); negativo y negativo, da negativo (35 ó 53); mientras
que al rotar el positivo y el negativo, da el opuesto de la característica de
su número simétrico original (34 ó 43).
“Se puede llevar el
caballo al agua, más no se le puede hacer beber”
Proverbio árabe.
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Fuente: Mi
libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel
García Vanegas
Excelente investigación e interpretación de una de las claves de la ciencia de los numeros, conocimiento que permite acercarnos a la comprensión del lenguaje angelico, gracias.
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